Todo un ejemplo

Mientras pensaba qué escribir para este emotivo homenaje a  Octavio, he recordado una referencia de Tudor O. Bompa, uno de los más importantes investigadores del entrenamiento deportivo, cuando estudiaba teoría del entrenamiento en el INEF. Bompa describía las cualidades que debía reunir un joven para tener éxito en una u otra especialidad deportiva. En el caso del Piragüismo, además de una buena capacidad aeróbica y anaeróbica, citaba la necesidad de tener  un gran diámetro biacromial (la línea que une los hombros), un buen nivel de fuerza resistencia y, refiriéndose a la personalidad del deportista, una gran resistencia a la fatiga. Esta última cualidad es la que, predominantemente, siempre te ha “adornado” a ti Octavio. A esta cualidad también se refieren los entrenadores como la capacidad de sufrimiento, el “ser duro” o, aunque suene vulgar y hablando en plata, el “echarle cojones”. Tú has sido, a través de tus demostraciones de pundonor en tantísimas regatas, el ejemplo palpable de que lo que describía Bompa como cualidades para ser un buen piragüista, es cierto. Tú eres un piragüista muy bueno.

En las últimas temporadas has luchado contra enormes dificultades en distintos ámbitos: laboral, personal y, sobre todo, en el de la salud, con tantísimo dolor provocado por las lesiones que han terminado por convencerte que lo mejor es no “forzar más la  máquina”. A cualquier deportista de los “normalitos” todo este cúmulo de dificultades no habrían hecho otra cosa que hacerle retirarse en esta o aquella regata. Le hubiera hecho apartarse rápido de los duros entrenamientos o, como poco, estar quejándose constantemente. Tú, te has callado las molestias, te has tragado las dificultades del día a día de un trabajador humilde  y padre de familia, y has apechugado con todo para seguir adelante con tus importantes objetivos deportivos. Lo que para ti han sido retos o desafíos personales (los ingleses le llaman  “challenge”) para los que te seguíamos, han sido verdaderas demostraciones de lo que debe ser el espíritu de superación de un deportista. 

Desde que me toca estar tan lejos de la tierrina, cuando mi padre o mis hermanos me cuentan cómo le ha ido a Los Gorilas en ésta o aquella regata, siempre hay sitio en el relato para “la hombrada de Octavio”. Siento no haber vivido “in situ” tus constantes demostraciones de buenhacer en la vida diaria del club. Para mí, ese tipo de comportamientos y actitudes son realmente importantes. Nací vinculado a Los Gorilas, y las historias que nunca se me olvidan, son las de las grandes demostraciones de fuerza de voluntad y espíritu de sacrificio que han protagonizado piragüistas ilustres del club a lo largo de la historia del mismo. En esa lista de piragüistas eméritos de Los Gorilas, tú siempre figurarás en un lugar preferente.

Tu espíritu de sacrificio ha traspasado el ámbito del club. Muchos piragüistas del resto de España, saben que “Trabu se deja el pellejo en cada regata”. “Trabu nunca falla”.

¡Cuántos gorilas se sienten orgullosos de estar a tú lado entrenando y compitiendo! ¡Qué grande es eso Octavio!

Tú y tu familia podéis estar orgullosos de tu ejemplar vida deportiva.

Ha merecido la pena “grande”. Seguro. Has marcado, entre los que te rodean, una forma de entender el deporte. Siempre nos quedarán los recuerdos de “las hazañas del Trabu”. Tu ejemplo. Todo un ejemplo. Enhorabuena Octavio.

                                                                            Carlos-M. Prendes