La presencia cercana de mi padre no necesita de acontecimientos especiales. Si cuando él falleció, yo estaba ocupado en labores técnicas en un campeonato, la misma situación suele repetirse aniversario tras aniversario. El mes de agosto es siempre prolijo en campeonatos internacionales. Esta circunstancia, que se repite cada temporada, me permite recordar más intensamente la fecha de su muerte. El undécimo aniversario del fallecimiento de mi padre ha coincidido con la celebración del Campeonato de Europa de Piragüismo 2022, en Munich. Si en cada competición con mi equipo le siento cercano, arengándome y animando a los míos, en este caso le he notado especialmente feliz tras los buenos resultados alcanzados aquí por los Red Torpedoes. Además, el marco de celebración ha ayudado en mucho a recordar intensamente a mi padre todo el campeonato. Aquí se celebraron las pruebas de Piragüismo en Munich 1972 y fue esa edición de los JJOO la primera con presencia de palistas del Club Los Gorilas: Herminio Menéndez y “Moncho” Palmeiro. Mi pasión por el Piragüismo se forjó, inicialmente, a través de las vivencias de mi padre con Los Gorilas. Un paso importante en ese enamoramiento por el Piragüismo lo supuso el chorreo de anécdotas e historias contadas por Herminio y Palmeiro a su regreso de los JJOO de Munich 1972. Recuerdo perfectamente a Hermi y Moncho, al lado de sus compañeros Sales, Sanz y Celorrio, desfilando uniformados con sus polos verdes y en zuecos por las calles de Candás en las Fiestas del Santísimo Cristo. Unos tipos grandes, imponentes, barbudos, que desprendían un aura triunfal, al estilo de los guerreros espartanos cuando regresaban de las épicas batallas contra los persas. Los «chutes» de atracción por el Piragüismo se completaban en las veladas en las que Eduardo Herrero y mi padre hablaban de entrenamiento y mil y una cosas más, cuando, con frecuencia, Eduardo pernoctaba en mi casa, en aquellos tiempos. Podréis entender cómo han resurgido en mi memoria todos aquellos momentos mientras circulaba ahora al lado del campo de regatas y frente a la majestuosa grada construida para Munich 1972.
Si la presencia de dos candasinos de Los Gorilas supuso todo un acontecimiento para nuestro club, para Candás y el Piragüismo Español, en esos tiempos empezaba a consolidarse la hegemonía, por más de una década, del Club Los Gorilas en la cima del Piragüismo Español. Mi padre vivía por y para el Piragüismo y su club. Para hacer entender lo que para él representaba el Club Los Gorilas, señalaba que lo quería como a sus otros hijos. Solía decir que Los Gorilas era su quinto hijo. Un año antes de los JJOO de Munich 1972 tuvo que escoger entre asistir al nacimiento de su tercer hijo o seguir dirigiendo hacia la victoria a su Club Los Gorilas en un campeonato que se celebraba en Trasona. Tuvo que ser el comentarista del campeonato el que por megafonía le anunciara su nueva paternidad y le animara a salir hacia el hospital donde acababa de nacer Eduardo, para estar al lado de mi madre. No lo hizo hasta que tuvo constancia de la victoria de su club. ¡Genio y figura, hasta la sepultura!
Carlos-M. Prendes García-Barrosa
Munich, 19 de agosto de 2022.