(Esta entrada expresa lo que siento tras la intervención de S.A.R. el Príncipe Felipe, en el acto de entrega de los Premios Principe de Asturias en Oviedo, ayer, 21 de octubre de 2011).
Ahondando aun más en mi indignación, escucho ayer en Oviedo al Príncipe de Asturias decir que «ETA reconoce su derrota en su comunicado». Busca el aplauso del auditorio hablando de «memoria y dignidad» en relación a las víctimas. ¿Y la JUSTICIA, su alteza? Me temo que se ha plegado usted a los deseos de Zapatero y Rajoy para evitar tan importante término en su discurso. Y yo creo que sin justicia, la memoria y la dignidad caen en saco roto. Parece evidente que Zapatero y Rajoy han aceptado el chantaje de los terroristas y van a dar los pasos necesarios para «flexibilizar la justicia» con los cientos de presos de ETA y con los muchos terroristas todavía pendientes de juicio. Muy mal Sr. Príncipe. Tengo que reconocer que, vista la reiterada falta de caracter, autoridad y, por qué no decirlo, valía, que demuestra habitualmente su querido y egregio padre, era usted el único pretexto que me quedaba para seguir creyendo en la monarquía española como algo todavía válido en la España del siglo XXI.
Entre tanto despropósito, me alegro, al menos, de que ya todos se hayan quitado la careta. Me alegro de constatar que, ante la inmensa traición hacia las víctimas de ETA que están ejerciendo PSOE, PP y la Casa Real, nunca más me fiaré de estos partidos e institución. Me «repatea las tripas» constatar que mi país está dirigido por esta «asociación de traidores» y me avergüenzo cada vez más de mi condición de Español.
Carlos-M. Prendes