Hasta que la corporación municipal decidió reconstruir la Casona de los Estrada para convertirse en el Museo Antón, la obra del escultor tuvo los mejores guardianes en las figuras de sus hermanas, Benita, Josefa y Concha. Las dos primeras vivían en un pequeño apartamento en el mismo bloque en el que yo vivía con mis padres, en Candás, en la calle Barceloneta, muy cerca de la fuente Santarúa. Con cierta frecuencia me encontraba con aquel “tesoro” en frente de mis ojos. Ya fuera que mi madre o mi tía Berta, quién vivía puerta con puerta con las hermanas de Antón, estuvieran hablando con alguna de ellas en las escaleras o coincidiera, por cualquier otro motivo, que la puerta de su apartamento estuviera abierta, te encontrabas con la decoración tan especial de las vecinas. Con apenas cinco o seis años, a finales de los sesenta, poco podía imaginar que su hermano había sido quien había hecho con sus propias manos aquellas figuras preciosas. Recuerdo aquellos bustos, tan finamente rematados en los rasgos más delicados del rostro, encima de los muebles de la casa. Otras esculturas no tenían más remedio que reposar en el suelo por el gran tamaño de las mismas en relación a las modestas dimensiones del apartamento de las hermanas de Antón. ¿Cómo podían desenvolverse eficazmente aquellas tres mujeres entre tanta escultura en un espacio tan reducido? Y el caso es que, a pesar de las apreturas, el conjunto escultórico estaba distribuido ordenadamente por las distintas habitaciones y con cierto gusto en la presentación para quien tuviera la suerte de disfrutarlo. Y es que, al lado de las representaciones de Antón te encontrabas con preciosas plantas de interior que resaltaban aún más la belleza de las obras del malogrado artista. Sin restar un ápice de sufrimiento a Benita, Josefa y Concha, por lo que significaba la ausencia definitiva del hermano querido, la posibilidad de sentirse cada día tan cerca de su precioso legado artístico, suponía un pequeño consuelo y les permitía recordar a través de sus creaciones a quien tanto querían.
Retrato de Carlos Prendes García, mi bisabuelo, realizado por Antón en la Iglesia de Candás durante su cautiverio en la Guerra Civil (http://www.museoanton.com/).
Carlos-M. Prendes García-Barrosa
Con motivo del Centenario del nacimiento de Antón; 5 de Mayo de 2011