“Elecciones Fraudulentas a la Presidencia de la Real Federación Española de Piragüismo”
A Santiago Sanmamed le delata la urgencia en elegir un Director Técnico como punto importante de su programa electoral. Sabe perfectamente que él es el gran culpable de errores muy importantes que se han cometido las últimas temporadas cuando ejerció, en ocasiones de Director Técnico en la sombra y en muchas otras tomando decisiones con luz y taquígrafos “porque soy quién mando”. En tan obsceno argumento, se ha basado el ideario político-deportivo a través del cual se ha regido la Federación Española de Piragüismo los últimos años. Al más puro estilo “chavista” (el propio del dictador caribeño). Pudiera parecer que los muchos errores cometidos le remuerden la conciencia. No es así. Sobre todo y ante todo, quiere mantenerse en el poder. Sabe Santiago Sanmamed que muchos de sus incondicionales apoyos están dudando. Se preguntan si este presidente es la mejor opción decidiendo con tanta arbitrariedad como lo ha hecho en cuestiones en las que debía haber delegado en las personas que tenían competencia en las materias en las que tan desastrosamente él ha decidido.
En relación a la importancia de un Director Técnico, donde dije “digo”, digo “Diego”, y ahí va la maniobra electoral que supone la reciente designación de Gallo como Director Técnico de la Federación. A pesar de lo que piensen los acólitos de Don Santiago al respecto (algo que me importa un higo…) sabes que te deseo lo mejor Miguel. Sobre todo deseo que te deje trabajar con independencia.
No nos engañemos. La designación de un Director Técnico, tras años de despotismo y oscurantismo en esta parcela tan importante para el Equipo Nacional, es puro maquillaje. Se aproxima la campaña electoral y hay que contentar a la familia piragüística. Sin vergüenza alguna se acerca a pedir el voto vendiendo este tipo de avances en la estructura técnica del Equipo Nacional. Pide el voto incluso a aquellos a quienes a demonizado, vetado y vejado los últimos años. Un auténtico caradura. Ha perdido el mínimo sentido del pudor.
La designación del nuevo Director Técnico puede hacer pensar a algunos que Santiago Sanmamed va a dejar a los técnicos especializados la labor de planificar y controlar la parcela técnica en el Equipo Nacional. La cruda realidad se hará patente si se vuelve a sentar en la poltrona. Le gusta mandar con formas bravuconas y fascistoides. No entiende lo que es la democracia. Además no confía en los técnicos. Nunca lo ha hecho. Los ha envuelto en mil y un problemas surgidos siempre de su habitual entramado de incumplimientos, engaños y mentiras.
Cada uno de los futuros asambleistas está obligado a meditar seriamente su voto. Tienen una gran responsabilidad. Esta reflexión deben hacerla también cada uno de los muchos, muchísimos interesados en cambiar la dinámica de nuestro querido Piragüismo, aunque no tengan voto en la asamblea, sean deportistas, árbitros, directivos, técnicos o meros aficionados. No seamos ingenuos. El proceso electoral no es limpio. Más claro aún, es un fraude. Santiago Sanmamed ha dedicado los años de mandato en la Federación, fundamentalmente, a “dar forma” a la asamblea para que le permita salir reelegido en los siguientes comicios. La aparente gestión de los recursos para crear infraestructuras, mejorar los resultados deportivos, aumentar el número de licencias, etc, encubre una compra descarada de votos. Este uso abusivo del poder es fraudulento. Esa asamblea no representará, ni muchísimo menos al Piragüismo Español.
El que se cubran de legitimidad estos procesos electorales fraudulentos, es la demostración palpable de que la Ley del Deporte está absolutamente caduca. Mientras, el Secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, “silbando tangos”. Lo dicho es una realidad y no un mal presentimiento. Para muestra, el botón que ha supuesto la reelección de Villar al frente de la Federación Española de Fútbol.
Es muy importante que cada uno medite muy bien cómo queremos llevar las riendas de nuestro deporte. Es responsabilidad de todos y cada uno de nosotros. Recordemos todos los sinsabores y decepciones que hemos sufrido por la nefasta gestión deportiva de Santiago Sanmamed. No nos fiemos de las promesas electorales. Actuemos de forma madura y responsable. No nos merecemos el estar tan mal representados como lo estamos actualmente. Nuestros jóvenes valores se merecen un futuro del Piragüismo más halagüeño que el muy oscuro y peligroso que se produciría con Sanmamed de nuevo en la presidencia de la RFEP.
Carlos-M. Prendes